Los investigadores del equipo, pertenecientes a las universidades de Granada, Salamanca y Complutense, han hecho un mapa preciso de las marcas de la mordedura de un tipo de hiena que habitó esos parajes hace nada menos que 1,6 millones de años. Es como desentrañar el código de barras que forma la mordedura del animal. La inteligencia artificial ayuda a aclarar el código y a leerlo.
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